Después de vacaciones.

Ya casi tocando a su fin, pero con algunos días libres para disfrutar, hemos aprovechado para retomar la moto después del descanso obligado (por las vacaciones y por mi luxación de hombro)

En una semana he hecho tres saliditas, cortas y de las de estar por casa.

El jueves pasado salí sólo, una de las habituales: Méntrida-Aldea-Chapinería-Robledo-Burgohondo-Navalmoral de la Sierra-El Barraco-El Tiemblo-San Martín de Valdeiglesias_ Villa del Prado-Méntrida. No estuvo mal, para soltarse un poquito y ver que tal, sobre todo por el tema hombro.
El Domingo quedamos, Bea y yo, con Oscar y Miguelito. Al final, salió algo parecido en gran parte.
Salimos desde Robledo, y hasta Burgohondo, la misma ruta que el jueves. Allí cogimos la carreterita que va a mitad de la de Venta del Obispo.
En ese cruce, intercambié montura con Oscar, para catar la trail. No me gustó demasiado. El tacto general es mucho más brusco que en la mía, y eso que es el mismo motor, eso sí, con cadena y un desarrollo algo más corto. Y el aplomo de mi doble viga en comparación con los tubos de la GS, se notan mucho.
El tacto del freno delantero, también raro, raro, quizás ampliado por el mayor recorrido de suspensiones.
reseñar también que los neumáticos no estaban en muy buenas condiciones, y soy benévolo.
No sé, creo que las trail no son mi tipo de moto. Por supuesto, algo muy personal.
Y ahí está Oscar para demostrar que su camello pulgoso es un tiro en buenas manos.
Después de este test, paradita en la Venta a por refresco y revolconas, ¡¡qué gozada!!
Un poquito de cháchara y a emprender la vuelta, que Miguel quería ver la fórmula 1.
Volvimos por Navalacruz, otra carreterita chula, chula, hasta el Barraco.
De Oscar nos despedimos en el Tiemblo.
Y de ahí, la misma vuelta que otras veces, pasando por el Enci, que ese puertito sigue estando de muy buen ver.
Llegada para comer.
Y hoy, para quemar los últimos días de estar libre, pues otra salidita.
No por la zona habitual, pero si por una zona conocida y no menos entretenida.
Esta vez a consistido:
Hasta Robledo, como siempre, pero ahora hacia El Escorial. La Cruz Verde con algo de viento, pero muy tranquila de tráfico. A buen ritmo, pero sin alardes.
Atravesar El Escorial y Guadarrama, un poco pesado, pero bueno, después empieza lo mejor.

Subo Navacerrada, casi vacío, ¡¡una gozada!!, y con fresquito. Tiro para Cotos, ¡más de lo mismo!.
Hacia el Paular, con un par de amagos de una vaca y un caballo, de lanzarse a mi paso,
Parada en Rascafría a llenar la tripa de la Lola, y para Morcuera.
Pues creo que hasta Miraflores, me he cruzados tres coches, ¡imaginaos!
La parte de subida, en las curvas de 180º estaba algo deslizante, y el delantero hizo un gran zipppp en una de ellas. Los pirelli aguantan bien y deslizan muy sanamente.
La bajada, más tranquilo, no me gusta nada. Tiene un par de curvas muy traicioneras y como no vayas con cuidado, te meten en aprietos.

Poco más desde Miraflores, ya por la parte de abajo. Paradita para estirar en la Cruz Verde, 10 minutos, y a casita.
Las fotos son en el parking de Morcuera.