Capítulo 3. A Cantabría ¡¡y sin remos!!

Hoy ha sido una puta mierda.
Agua a manta hasta el camping de Santillana.
Hasta Llanes ha estado más o menos soportable, pero a partir de ahí ha empezado a caer a saco.
Yo creía que lo pasaría peor y que calaría en seguida la mierda chubasquero, pero el jodio aguantó todo el viaje. Lo único que se mojaron fueron los guantes y un poco, las botas (me llevé las viejas sin Goretex)
En total nos salieron 131 km de agua y carreteras mojadas.


Anecdotas, o al menos quedaron en eso:
- El paisano del Escort que sale de una calle de un pueblo sin mirar y al que casi le hecho el aliento en las orejas (claro que esto hubiera sido después de atravesar el cristal volando).
- La paradita en la gasolinera y la charleta con los paisanos sobre el tiempo, las motos, etc,etc.
Llegamos al camping, y como íbamos con la intención de pillar Bungalo, pues lo hacemos. Es caro, pero con el agua que caía nos vino de perlas, para secar tienda, guantes y alguna otra cosa.
Fotos comprometedoras del Miguelito en la ducha, que remitire prevío pago de 5€ a quien quiera, cervecitas y chuches, e Inga en el bungalo de enfrente, observándonos con mirada aviesa.


Paseito por el pueblo, ¡¡gonitom gonito!!, eso sí, mucha piedra y mucho turista (¡¡leche, como nosotros!!), cenita en el camping y plegarias a San Pitopato para que no llueva al día siguiente.