
Desde la Semana Santa cuando la compré, en Gales, a tomar por culo de cualquier parte, la Spondon lleva parada en el garaje de lo que antes era la casa de mis padres. Aguantó dos inundaciónes, que por la misericordia de Dios no llegó a superar por mucho los 10cm en aquella casa, y por tanto el daño máximo se debía a la humedad provacada en un garaje cerrado durante meses con el agua ese (llena de faeces) evaporandose lentamente.
Como el gillipollas que puedo ser, dejé las llaves en España pero no tenía previsto salir hasta el jueves y llegué el sábado así que una llamada a mi compi de piso, y me las mandó urgente y yo, mientras, me ocupaba de hacer la mudanza.

Me hubiera gustado comprobar que todo estaba en orden, engrasar la cadena, ajustar las posición de la manetas y la altura de la estriberas (estaban en su posición 'alta' y quería ponerlas en su posición 'baja') para darme más espacio para las patas pero sin llaves ni mando, y sabiendo como suena la alarma, no me atrevía tocarla. Eso sí, pedí por internet un cojín de gel, más para ganar altra que porque creía que iba a resultar mucho más comodo el asiento así y al final así fue.... gané espacio para las piernas pero bailaba en las curvas, que no me resultó ser ningún problema dado que el oeste de Francia es más plana que la Mancha y las carreteras son todas rectas, la monotonía solo interrumpido por algún que otro circunvalación.

Me enrollo.
Total, el miercoles no llegaron las llaves y empezaba a cundir el pánico. El jueves, esperando el cartero con el mono puesto y el casco en la mano tenía suerte, sacó de su bolsa un paquete y hala, a rodar.... pero no, porque estaba frito la batería, Mierda!!!! Me desvestí, llamé a un taxi, y me fui a la tienda más grande del pueblo con la antigua en la mano para pedir otra. Ya instalada, me puse a rodar, pero ya con más de 6 horas de retraso frente a mi plan initial y con mi tren del famoso Chunnel (el Channel Tunnel) perdido.
LLevé puesto el traje termico y el mono, con el traje de agua a mano por si acaso (no es que Inglaterra siempre llueve, sino que puede que lleueva en cualquier momento pero sin que dure demasiado. Acercandome a Londres, el cielo se veía cada vez más negro y parando me vestí de nylon y justo a tiempo. ¡Se me cayó una trompa de agua durante 30 minutos que hasta me hizo reir, y eso con una cantidad de trafico bestial, el retraso, y una moto con un sistema electrico digamos 'artesanal' (hecho en casa con cinta aislante más bein) que resultó más que capaz de resistir lo peor que el tiempo campiño Inglés fue capaz de lanzarle.
Llegué al tren con 5 horas de retraso pero no pasó nada, y no me cobraron demás. Me gustó el rollo, mucho más que el ferry desde luego (me mareo una hartada, y me dura hasta días después el mal cuerpo así que mejor que no, siempre que sea posible). Lo que sí aprendí en los atascos de autovia rodeando a Londres, era que a mi niña no le gusta ir despacio. Con un radiador muy chico, sin ventilador de apoyo, y con un motor apretado tanto de cilinrada como de culata, se calienta mucho, y como los doble filtros de aire K&N debajo del deposito no van alimentados desde el frontal, sino sencillamente por el aire que les rodea, y como los carburadores no van aislados del calor de los cilindros, a medida que aumentaba el calor, peor andaba el motor a bajo regimen, hasta tal punto que creía que se me iba a parar un par de veces.
Llegué a Francia sobre las 21:30 con una niebla espesa como una sopa de guisantes para darme la bienvenida, un aguachirri para alegrar la recepción aún más y encima me perdí y llegué casí a Holanda (25km) hasta darme cuenta y dar la vuelta. Paré en Boulogne sur Mer, un hotel Ibis del montón, feliz que tenían parking cerrado y un bar abierto para servirme una cerveza bien recibida después de una ducha calentita. Saqué un par de fotos de la catedral, pero para decir la verdad, el tiempo no acompañaba para dar un paseo y pronto me acosté para dormir como un muerto hasta bien entrado la mañana siguiente.
Seguía lloviendo, pero el cielo se estaba despejando cada vez más así que no me dí ninguna prisa y después de desayunar, sobre las 11.00 salí vestido de moto a encontrarme con un día placentero y carreteras secandose con ganas.
Me perdí, y me perdí, y conocí a unos frances muy majos y muy ayudadores, y paré en un taller de Renault para ajustar la cadena, y me regalaron un mapa de Francia mejor que el que llevaba, y revisé mi opinión sobre los "Frogs". De verdad. NO son tan presumidos y antipaticos como creía pero me siguen pareciendo bastante creidos, por motivos que me siguen escapando. No sé. Fanfaronean mucho, y bueno, lo dejo.
Paré, por fin, en Saints, muy para el norte por mi gusto, y eso después de tragar mi orgullo y meterme en autovias de peaje a 150km/h durante 3 horas para recortar un poco más la distancia entre España y yo. Fue un día muy largo, muy pesado, de muchos kilometros y sabía que lo que me esperaba el día siguiente no iba a ser ni mucho menos de menos. Imaginoslo pues, mi reacción, a casí las 11 de la noche, cuando iba encontrandome con cartel trás cartel. COMPLET. COMPLET. "Je suis désolet, c'est complet." Non, je suis désolet. Al final, y por fin, a las 12.00 de la media noche me encontré con una española, encargada de un hotel de las afueras muy afueras que tenía un dormitorio vacio. Me salió muy caro aquella habitación y era una mierda de dormitorio de verdad pero entre eso, y el arcen, (sin 'h') no me quejaba.

El día siguiente chupé la madre de todos los atascos en Bordeux... haciendo el burrrrrrrro para mantener el ritmo y no quedarme parado con la Spondon sobrecalentandose. Flipe con los peajes cada 5 kilometros del Pais Vasco, disfruté de las curvas, por fin unas curvas, entre el Pais Vasco y la meseta..... y me quedé absolutamente pasmado con el muro de calor que me azotó nada más pasar el punto más alto de aqella cordillera. Joder, que calor, y segía y seguía y seguía. Hasta Burgos un infierno. Ahí llamé a Oscar, descansé y reanudé el vieje ya con Madrid fijo en el objetivo.
Quedamos, Oscar y yo, donde la N110 cruza la N1 y fuimos a El Escorial por esa misma carretera, pasando por San Rafael, el montado sobre la Spondon y yo sobre mi vieja FZR (que montaba Oscar hasta el reencuentro) como si ibamos parados. La sensación, ya en compañia, sobre una moto conocida, era desconcertante, porque conozco a mi EXUP, como de una vieja amiga se trataba y jamás en mi vida había machacado tanto el puño y las revoluciónes para marcar el ritmo que quería marcar. Puedo decir que ninguno de vosotros, montados en vuestroas motos podría habido conmigo aquella tarde, tanto enfoque tenía, y tan poca sensación de esfuerzo noté para trazar curvas rápidas, clavadas, una tras otra. Claro, ya se me ha pasado, ahora saco la moto y voy como siempre, pero ¡Que tarde! después de 2250 kilometros en 60 horas.
Oscar me llevó a su casa, me presto el uso de su ducha, y una vez vestido en ropa limpia, me llevó a casa (me la iba a quidar hasta que yo tuviera mi casa nueva), yo con una Mahou en la mano, y cuando llegué a la piltra me alegraba no tener que aguantar otro día más pero por otra parte me entristeció pensar que ya había terminado otra ruta de las grandes, como no había hecho desde hace el 1991. ¿Quién sabe cuando me toca la próxima? ¿En el 2025? El día siguiente recogí a mis niños y les llevé a Santander, esta vez en coche. La vida da mucho en que pensar.
John
Spondon 1043 EXUP del '94, Engendro, y a la vez, una pasada.
5 comentarios:
Ahí queda eso.
Bonita historia de un viaje.
Muy bonita, en efecto. Y seguro que muchísimo más dura de lo que ya lo parece sólo leyendo...
Hice docenas si no cientos de kilometros completamente colgado del asiento como si de una curva cerrada a 160kmh se tratara... aunque iba en linea recta. Era la única forma de tragar tantos kilometros sin que mi culo se deshiciera o mis piernas se atrofiaran. Eso, y ayudaba a descuadrar un poco los neumaticos!
como te lo pasas capullin ¡¡¡¡ me alegro...hombre
Wow vaya viajecito!!!!
Podrías poner una foto grande grande de la spondon? Tiene pinta de ser una streetfighter muy maja
saludos
Publicar un comentario