Atracón de moto

Otro fin de semana que tenía pinta de que iba a hacer mal tiempo, y que la mayoría de la gente se iba a rajar para dar una vueltecita.
Pero como, por ahora, las ganas de ir conociendo bien a mi niña son muy grandes, no desaproveche estos dos días.
Y tanto que no los desaproveché, ¡¡vamos, me "jarte" a hacer kilómetros. El sábado me levanté tempranito y con el petate me fui al chalet a por la Lola. Llegué sobre las 10h allí, y viendo que todo el mundo se rajaba para montar, se me ocurrió dar un toque a Oscar a ver qué hacía. Estaba comprando, y la idea de dar una vueltecita no le desagradó. Así que a las 12h en la Cruz Verde para salir desde allí.
Mientras esperaba empezaba aquello a llenarse, con la suerte de que apareció una de las nuevas 1098, ¡preciosa, preciosa!
Llegó Oscar sobre y cuarto, un poco de chacahara y contando algo de su próximo viaje a NY y nos ponemos en marcha.
Dejo el mapita, por no andar con rolletes de por donde fuimos.
No hubo nada que destacar en la ruta, buen tiempo, quizas un poco de viento en las zonas altas, y asfalto seco . Al final unos 230 km, no hice la cuenta, muy agradables.

¿Y el domingo?
Pues más darle al mango. El abuelito regresaba de sus vacas en Andorra y la idea era pasarse por el circuito de los RC para ver a los colegas en su primera carrera de 1/8 en Fuencarral y salir de allí hacia la sierra. Pero como al final esto se suspendio, pues quedamos en otro lado.
Como según Miguel y Telemadrid, pintaba mal para coger la moto, quedamos en hablar al levantarnos para ver qué hacíamos.
Y como no estaba mal, decidimos dar una vueltecita, que al final, para mi, se convirtieron en más de 300 km pal cuerpo.
Me fui por la carretera de los Torrejones hasta la casa de Miguel en Valdemoro, y de allí salimos hacia Chinchón.
Estas carreteras están bien a ratos, con tramos chulos, pero a veces con demasiadas rectas interminables, es la típica excursión para ir con paquete y bocatas.
En Chinchón, después de un puertito curioso, parada y fonda. Al callejear, vimos la placa donde se menciona la caida que tuvo EduGS en una de las cuestas del pueblo. Dice algo así como: "Aquí clavo la napia Eduardo etc,etc..."
Por insistencia del Abuelo, bocata de chorizo ibérico y mirinda y después paseito por el pueblo que tenía mercadillo medieval con cosas mu ricas.
De ahí decidimos que ibamos para Cuenca, ¡olé nuestros huevos!, pero después de unos kilómetros nos cayeron dos gotas, y viendo que nos dirigiámos hacia la tormenta, decidimos cambiar de orientación, así que hacia Toletum.
Aquí el problema fueron las inacabables rectas, que aburrían mucho. Así que cerca de Ocaña, cogimos de vuelta hacia Valdemoro, encontrando un par de tramitos curiosos.
En Valdemoro nos acercamos a una tasca del "polígano" a tomar unas cositas coincidiendo con amigos de palillos de Miguel. Y de ahí a casa de Miguel a tomarnos unos suculentos tallarines, hacerle una foto en el water, pensando, una sesión de documentales de vida "muy" salvaje y unas de dardos.
Ya daban las 18h en el reloj, así que de vuelta para Méntrida, unos 50 km más, con el sol de cara y ya con bastante tráfico.


Olvidaba mencionar que en ambos días hubo intercambio de monturas con Oscar y con Miguel.
A Oscar como que no le gustó mucho la F800, decía que el embrague estaba muy lejos para él y apenas aguanto 10 km, comentario: "se acaba pronto el motor, pero claro, es un bi". La plastiquitos, pues como siempre, el motor es muy parecido en tacto al de la Fazer, quizas un poco más perezoso para subir de vueltas que ésta, y sin nada abajo (je,je, comparado con la Lola, claro) y el puñetero freno delantero que retemblaba al tocarlo. Por lo demás, podría acostumbrarme al tacto de un 4 en línea, que sube, y sube de vueltas...
La opinión de Miguel fue más positiva, le gustó, la chicha abajo sobre todo, y le mosqueaba el movimiento del monobrazo que le rozaba la bota.
La BMW, en cuanto a postura se encuentra entre estas dos claramente, no es tan radical como la Daytona, pero no tan relajada como la Fazer, tiene semimanillares, pero son anchos y altos.
Aunque después de unos 550 km en dos días la mano del embrague ( es duro de accionar) y las muñecas se dejaban sentir.
¡¡Ah!! mi pierna cada vez molesta menos y no se resiente al día siguiente, ¡¡Ojalá aguante bien el viaje a Jerez!!