22/3/10

Tierras húmedas.


- La ida:

Aprovechando el fin de semana largo, y con el “monillo” de hacer kms en la moto, la excusa de unos días de asueto en Córdoba de Bea fue perfecta para hacerse una “rutita”.

Y dio la casualidad que Oscar aprovechaba el mismo “finde” para bajar a ver a sus papis e íbamos a hacer gran parte del trayecto juntos.



Repetimos la ruta que hacemos cuando bajamos a Jerez, al Gran Premio, principalmente la N-502. Con algo de tráfico (parafraseando a Oscar, “ muchos madrileños sueltos”), pero todo precioso, con todo lo que ha llovido, incluso en muchos sitios se aprecia claramente el exceso de agua. Esto fue una constante durante todos estos días.

Ruta bonita, destacando el pantano de Cíjara, y los innumerables puertitos que vamos sorteando.

La mitad de la ruta, con agua, pero muy soportable, y con muy buena temperatura. No caló “naita”.

Al final, sobre las 14:30h en destino, y Osquitar todavía con dos horitas de viaje por delante.



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- Ronda:

Teníamos programada esta ruta para hacer un poco de turismo, y aunque el día pintaba gris, nos arriesgamos a ver qué nos deparaban las tierras de la serranía de Ronda.

Los primeros kilómetros aburridos, y pasando demasiados pueblos, pero pasado Osuna, después de la interpretación del dialecto autóctono para encontrar cómo salir del pueblo ( en estas situaciones siempre me acuerdo de John, y sus comentarios sobre la mala señalización en España, ¡¡cuánta razón tienes, a veces!!.

Una vez ya metidos en plena serranía, paisajes verdes y frondosos, por donde quiera que mires, mucha agua, y bastantes desprendimientos de calzada (son carreteras secundarias, y se nota).

Llegamos a Ronda para comer, paseito antes, para ver el pueblo y sus bellezas, la plaza de toros y el puente nuevo.

Y aquí, empieza a llover y ya no nos dejó hasta que llegamos a casa, sin calar de nuevo, pero lo justo para ser molesta y ensuciarnos bien. Que se lo digan a Bea y a su chaqueta.

De destacar la gran cantidad de flamencos que pudimos ver en las distintas lagunas que salpicaban el recorrido.

El último tramo, lo hacemos por autovía para no alargarlo.

Una pena que el día no fuera mejor, porque el plan era acercarnos a Grazalema y Arcos de la Frontera. Lo dejamos para otra ocasión.




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- Vuelta:

Hicimos gran parte por el camino habitual de vuelta del Gran Premio, vía Montoro.
Paradita a comer en el bar donde ponen los mejores bocatas de lomo del mundo mundial, de los de llorar mientras lo engulles. Pasado Fuencaliente.
Nublado, pero sin agua.
Pasado Brazatortas, nos desviamos al norte, con la idea de evitar Puertollano, y la jugada nos salió bonita. Todo muy verde, con mucha agua, con algún pajarraco que quiso llevarme, de nuevo (el Osquitar siempre los pilla en primera fila).

Parada en el embalse de Torre Hambran, colmado de agua, y poco después, al llegar a la Puebla de Montalban, creo, nos cayó la única chupa de agua de todo el fin de semana, 3 minutos suficientes para mojarme los huevillos, y menos mal que no llegamos antes, porque el pueblo parecía zona de guerra. Pero con la buena temperatura no hizo falta tirar de chubasquero.

Las últimas vistas para recordar, el castillo de Maqueda y el de Escalona.

Sobre las 19h, en casa. Y con 1200km más en la cuenta de la Lola.




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