
Nueva salidita de prueba con Beatriz y su nuevo equipo.
La mañana se presentaba bien, nada más levantarnos, solito y pocas nubes aparentemente.
Nos ponemos el traje de romano y algo antes de las 11h. nos ponemos en marcha.
En el horizonte se adivinan bastantes nubes. Así que encaminamos la ruta hacia las zonas con más claros.
Lo habitual hasta Aldea, Chapinería y pillamos la 501 hasta Pelayos.
Ritmo tranquilo y disfrutando del camino.
Paramos en la gasolinera de los bomberos, de antes de San Martín, a darle sopa a la Lola.
Un poquito más de frío que otras veces, pero soportable. El casco todavía le aprieta un poquito a Bea.
Continuamos por la 501, y nos desviamos para ver los Toros de Guisando, tan presentes en nuestros estudios infantiles.
De ahí hasta el Burguillo, y continuamos hasta Navaluenga. Aquí, y viendo el panorama (se cerraba cada vez más el cielo) decidimos volver.
Pasado el Burguillo cogemos la carreterilla hacia Cebreros, y pasado este pueblo la de las antenas hasta Robledo.
Por aquí se empiezan a ver ya más motos (la han dejado francamente después del arreglo).
Camino de vuelta hacia la 501, Aldea y Méntrida.
En este último tramo nos cayó el único agua de todo el día, pero nada serio.
Buena salidita, aunque tenemos que hacer más kilómetros y ver si la rodilla de Bea sigue dando guerra.
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