Capítulo 5. Interior de Cantabria, con Dani y María.

Este fue uno de los mejores días de las vacas.
Dani y María, unos colegas del foro BMWmotos, nos enseñaron unas carreteras preciosas por el interior.
El tiempo fue inmejorable y los paisajes y trazados, de los de quitar el hipo.
Quedamos en Liérnagues, al sur de Santander.
Nosotros con todos los trastos encima, que era el día de cambio de situación geográfica.
Nos metimos un buen desayuno mientras los esperábamos.
Dani con su flamante R1200RT (creo, que con las R de BMW me lío)y María con la CBF 500 y con apenas 2000 km sobre ella(que parecía que eran 20000).
Presentaciones y saludos y salimos hacía Lunada.
De verdad, todo lo que pueda decir se queda corto. A mí se me iban poniendo los pelos de punta cada metro, cada curva, cada pico. ¡¡¡Alucinante!!
Nuestro destino es Espinosa de los Monteros, famosa por sus morcillas, ya en la provincia de Burgos.
Más de lo mismo, carreteras y paisajes de dejarte con la boca abierta. Siempre carretera estrecha, con buen asfalto y muy retorcida, como le gustan a la Lola.
Nos cruzamos con unas cuantas motos, pero no demasiadas.
En Espinosa, paradita para tentempie y compra de morcilla por parte de nuestros cicerones y a volver hacia Cantabría por otras carreteras.
Entramos por el puerto de La Sia, y bajamos dirección Ramales de la Victoria.
Sin olvidar el tramo del nacimiento del rio Ansón.
Vemos Santander desde las alturas.
Aquí se supone que nos tendriámos que haber quedado, pero nos falló un "colega" del Miguelito.
Así que hasta Laredo, donde dejamos a estos dos y nosotros nos dirijimos hacia Castrourdiales, donde nos dimos un buen homenaje, con un arrocito de los buenos y un capullo al lado que daban ganas de golpearle.
Después, con buena letra, hacia Mundaka.
Costeando, ¡¡otra pasada de carreteras!!
Según nos acercamos a Bilbo, la cosa se complica, y más de una vez nos metemos por donde no debemos.
Cruzamos la ria en el aparatejo ese colgante por un módico precio.
Después de un par de coladas más, encontramos la carretera correcta y llegamos a Mundaka.
Camping petado, pero para nuestra tiendita, hay sitio. Eso sí, después de un intercambio de opiniones con una familia de cabezas cuadradas. Lleno de adolescentes franceses y por supuesto, hay que mencionar la caravana de portuguesitas cañón, que aparcó justo delante nuestra.
Merienda-cena a base de fiambres, del super del camping , un poco de cháchara.
Ahh, y por supuesto Manolo Cabeza Huevo como banda sonora.
Total, 294 km pal cuerpin y gran satisfacción por lo que habiamos vivido.

Gracias Dani y Maria.



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