Y este finde doble ración.

Pues si pues si...
Este fin de semana al final ha transcurrido con mucha moto.
Últimamente se está volviendo un vicio.
El viernes, salida rápida del curro para llevar a la Lola a cambiarle el calzado delantero, probé en el Motorrad de Méntrida, y atención y precio muy buenos. Así que repetiré en sucesivas ocasiones, sería de tontos, pues me pilla a huevo.
El sábado en principio no pensaba tocarla, pero viendo el buen tiempo y a la Lola mirándome con ojillos, pues decidí irme con ella a Puenteviejo al chalette de Antonio a la comidita que allí se organizaba.
Por alargar la ruta y hacerla más entretenida, decidí dar un rodeo.
Méntrida-Aldea. De ahí a la 501.
Después coger hasta Colmenar de Arroyo, la de las antenas y desvío a Cebreros (están asfaltando el tramo chungo y van a dejarlo fino, fino) de Cebreros a Hoyo de Pinares. Motos por todos lados a saco.
De Hoyo a Robledo, de ahí a la Cruz Verde, y caminito a Guadarrama.
Subidita por los Leones, con demasiados coches y picos. Y casi una recta continua hasta Puenteviejo.
Comidita y velada muy, muy agradable y la vuelta sobre las 19h. Esta vez con compañía, el Miguelito.
A buen ritmo y a la inversa de la ida. A la altura de San Lorenzo del Escorial se nos adoba lo que después vimos que era una 999 pero que en el momento que decidimos subir vueltas no aguanta el ritmo.

Casi llegando a la Cruz veo en lontananza lo que parece la plastiquitos con nuestro amigo el de la doble articulación de rodilla ;-)), aka Oscar y le aviso de forma efusiva. Paradita en la Cruz con mirinda y charleta. Nos bajamos juntos a Robledo y ellos tiran para Quijorna y yo para casita.
Y el Domingo más.
Habíamos quedado para ver las motos en el Magalia sobre las 13:30h.
Pero para aprovechar mejor la mañana, pues salí con bastante tiempo.
En Aldea paradita para sopa y presión de neumáticos que iban pelín bajos.
Mogollón de motos pasaban.
De Aldea a la 501 pique con dos R1 con sus paketes, la primera se queda pronto y la segunda aguanta.

Hecho cuentas: la Lola 203 kg + 105 kg del Fer con 85 CV contra la R1 180kg +125kg(las dos personas parecían delgaditas) y casi 180cv. ¡¡¡No está mal!!!
Repito más o menos lo de ayer, pero esta vez hasta Robledo y de ahí hacia Hoyo, al revés que el sábado.
Aquí se me pegan dos superDuke que a 5000rpm aguantan detrás pero en cuanto empiezo a alargar un poco más los cambios se quedan, o estaban en rodaje o no era su ritmo.
En Hoyo, pues para Cebreros, el Tiemblo, Burguillo, Burgohondo, Navalmoral , el Barraco y vuelta para el Burguillo. ¡¡Muchas motos por todos lados!!
En el Burguillo cojo la alternativa antigua hacia el Tiemblo. Je,je,je, ¡¡han asfaltado el tramo de después de la presa!!
De ahí hacia San Martin y a medio camino de nuevo a Cebreros y pa’rriba hasta la carretera de Ávila. Y al Magalia.
Curioso lo de las carreras, estaba petao y mención especial el pibón moreno en Ducati, de las de toma pan y moja. ¡¡¡Rosii dando lecciones!!!
Cuando terminan las “races” pues el tramito de Hoyo, ya con Oscar y Miguel.
Ritmo “flow”, como le llamo yo. Sin subir mucho de vueltas, pero tumbándolo todo. El Miguelito raspó los avisadores bien, y eso que iba sin pakete.
Paramos en Cebreros para bocata y charleta y cada uno para su casa.
En la 403 camino al Enci veo a un par con pakete y a ver si les pillo. Van adelantando en continua y un poco temerarios. ¡¡No sé como hacen esto llevando a alguien!!
Consigo pillarles a la altura del Encinar y empieza la macarrada.
Me arrepiento mucho de esto, pero lo cuento.
Empezaron a adelantar, había bastante tráfico, a los coches y autobuses en continua. Claro, que yo, detrás.
Los adelantamientos fueron seguros y en ningún momento hicimos pirulas, pero debieron flipar los automovilistas. Yo, ese puerto me lo conozco muy, muy bien. Y la gente que lo conoce sabe que hay sitios para adelantar, sobre todo en moto, con línea continua, pero con buena visibilidad y seguros. No intento justificarme por ello. Y voy a intentar no picarme así nunca más con nadie.
Conclusión, adelanté a uno de ellos a la vez que lo hacía al Gato y al otro lo pillé y ya en el pueblo se debieron parar a recuperar pulso o algo, porque no me siguieron y eso que iba a puntita y muy relajado.
Llegué a casita sin novedad pero con el firme propósito de no ser tan macarra cuando veo a otros delante.