
¡¡La caña!!
Arriba tempranito, habiamos quedado en Madrid a las 9:30h para nuestra prueba de las Buell y Harley, Oscar, Miguel y yo.
Despúes de observar el despliegue montado y de acreditarnos, esperamos de cháchara a que todo empiece.
Oscar V-Rod, Miguel Lightning XB12 con asiento bajo, yo, Firebolt XB12R.
Nos subimos en las motos, aparentemente, la mía no me resulta rara, diría que sólo un poco más baja que la F800 y más cómoda que la plastiquitos.
Arrancamos, ¡¡IMPRESIONANTE!! con mayúsculas.
¡Cómo suena!
¡Cómo vibra a ralentí!
Y nos ponemos en marcha, se supone que a velocidades legales. Pero el monitor que nos ha tocado empieza a hacer el macarra entre el tráfico de Madrid, y las tres marías, para no perderle de vista, pues a cuchillo.
¡¡JODER CÓMO ACELERA ESTO!! Entre semáforos, dándole a saco, intentando que no corte encendido (lo hace a 6800 rpm aprox.) y siguiendo al monitor.
En la M-30 a darle cerita. Oscar dice que vió 170 en su marcador. ¡¡Eso son velocidades legales!!
Y de vuelta para el concesionario.
Al bajarnos, todos con sonrisa de oreja a oreja y con una opinión muy buena de estos juguetitos.
Hicimos un break para desayunar y esperar a John y sorprendentemente, apareció Esteban por allí y estuvo compartiendo con nosotros unas porras y unos churros.
En cuanto llegó John, nos pusimos en marcha hacia el Vellón.
Nos iba a enseñar una rutita nueva hasta Atienza, que ya hicieron en su día él y Oscar.
Del Vellón a Torrelaguna, de ahí al Atazar, sin bajar del todo, hacía el Pontón de la Oliva, y coger carreteritas hacia Cogolludo y Atienza.
La mayoría de las zonas con curvones de alta velocidad y buena visibilidad, con buen asfalto que premitían muchas alegrías, y de vez en cuando alguna zonilla ratonera, para retorcer bien el chasis.
También dispusimos de una recta interminable, que me sirvió para testar la velocidad máxima de la Lola, en la vuelta llegó a 220, pero visto lo visto, creo que los 230 los coge y con un buen rebufo los 240. Vamos, esto a título orientativo, porque normalemente mis velocidades máximas no pasasn de los 160.
En Atienza, paradita y fonda, con bocata. Miguel, por supuesto, de chorizo.
Un poco de calentamiento solar y para casa.
Como justo antes de entrar en Atienza, avisé a John de que su rueda estaba en los alambres, la vuelta la hicimos separados.
Oscar y John, a 80/90 para no reventar la rueda y yo, Miguel y Manuela, al mismo ritmo que hicimos de ida, para llegar a casita bien para los que tenían compromisos.
En la N-I me separé de ellos y seguí camino de Soto, Manzanare, Cerceda, etc.
Paradita en la Repsol de antes del Escorial a echar sopa, limpiar bichos y meterme un par de donuts, y para cruz Verde.
A partir de Cruz Verde, a desquitarme de todo el trafico que había chupado en los últimos 50 km y para casita por las carreteras de siempre.
Muy, muy relajado.
Al llegar a casa, compruebo, que he hecho algo más de 490 km, ¡vaya tela! Y también que estoy notablemente cansado.
Limpio un poco a la niña y al casco y me despido hasta la semana que viene, que nos espera nuestro primer gran viaje juntos.
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