23/8/10

De aquí para allá. Días 1 y 2.

Un mes completo de vacaciones por delante. Unos diréis, ¡qué suerte!. Pero para mi es un poco faena, preferiría tenerlas más espaciadas y separadas.


Y claro, estos días hay que ocuparlos.

La primera quincena estaba resuelta, coincidía con Bea, así que una semanita en Cantabria descubriendo y redescubriendo sus maravillas, y otra semanita en la Costa da morte, un descubrimiento por todo. Eso sí, en lata, y en plan turístico 100%.

Como tenía muchas ganas de hacer kilómetros en moto, y me quedaban unos cuantos días, y ya que las alternativas de compartir este viajecillo, u otro, con alguno de los colegas, se habían ido esfumando según se acercaba el verano, pues tuve que montármelo sólo.



En orden de marcha.

Entonces brotó en mi cabecita la estúpida idea (podría haber sido cualquier otra, o buscar cualquier otra excusa) de atravesar la península de oeste a este. Y para ello me tracé una ruta que primero me llevó a Fisterra, y luego, atravesando por debajo de los Picos de Europa, y subiendo a Pirineos, a Cadaqués y el Cap de Creus.

Al final 5 días, y 3414 kilómetros, con montones de curvas, paisajes impresionantes, vacas, caballos, rapaces, lluvia, incendios, etc..



El primer día. Méntrida-Ourense 732km. Aproximadamente 8 horas y media en la moto.

Puente Requejo.
Hasta el Barco de Ávila, carreteras conocidas, por ser de las que más frecuento los fines de semana. La llegada a Bejar no está mal, y según me aproximo a la Sierra de Francia, la cosa se pone divertida. Todo muy bonito, con poco tráfico, y curvitas. A pocos kilómetros de Ciudad Rodrigo la recta de la meseta nos invade, y estos tramos se hacen aburridos. Hasta Ledesma no vuelve a haber carreteras divertidas. De destacar el puente de Requejo, o de Pino que une las dos orillas del Duero, y los tramos antes y después de éste.


En Villar de Ciervo pillo la N-525 y hasta Ourense, con algo de autovía al final.


Hotel Orense.

Lo más duro fue al medio día, donde el cansancio sí se hizo notar, pero después de este bajón de algo menos de una hora, las cosas continuaron bien, cansado, pero sin ser duro.





El segundo día. Ourense-Fisterra-Ponferrada. Unos 540km. Y unas 8 horas en moto.

Hacía Finisterre, para comenzar el viaje. Para salir de Ourense, y hasta pocos kilómetros antes de Santiago, algo de autovía. Tengo que salirme a la media hora, para colocarme el chubasquero, que amenaza agua. Pillo para Negreira y Baiñas.


Familiar...

Primer incidente del viaje. Creo que he colocado mal una de las fundas impermeables de las alforjas, la he dejado demasiado holgada , y del viento se ha abierto la costura. Pero gracias a santa “cinta americana” el tema queda en eso, un pequeño incidente. Llevad siempre un rollo encima, sirve tanto para un apaño de estos como si tienes que secuestrar, inmovilizar y amordazar a alguien.




Al cabo de Fisterra, sin sobresaltos, eso sí, con algo de tráfico.

Fisterra.


La fotillo de turno, y a tirar millas para Lalín. Dirección Chantada y Monforte, donde cojo la N-120, que se muestra como una carretera con unas vistas impresionantes. Siguiendo casi todo el rato el curso del Sil. Al norte se adivina alguno de los incendios de estos días.

El Sil









En Ponferrada un hotelito algo mejor que el del día anterior, y me quedan ganas para dar un paseíto por la ciudad, que en su casco antiguo no desmerece, y que me hace cambiar mi idea de ciudad sosa que tenía. Destaca el castillo de los templarios.


Ponferada.

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