22/12/08

Oscar, un año de circuitos

Acabó el Desafío 2008, ya estamos en la pretemporada del Desafío 2009.

El tema llevaba tiempo rondandome la cabeza, pero no fué hasta la segunda mitad del pasado año que lo pensé más en serio. La carretera ya no me divertía. Me encontraba estancado. Esto último, junto a la necesidad de ponerme a prueba, me llevó a tomar la decisión de que el 2008 sería un año sólo para la moto en circuito.

El Desafío de motos.ws ponía marco a este reto y me brindaba la oportunidad de poder comparar mi evolución con gente un nivel similar. El objetivo era simple: aprender todo lo posible al menor costo. Tras mucho marear la perdiz con motos de segunda mano preparadas, al final iba a ser la Daytonita la que sufriera este año circuitero. La preparación, mínima: carenado de fibra de, al menos, 3ª mano, bomba radial de 2ª mano, aceite nuevo para la horquilla, amortigüador prestado (gracias John), carrito prestado (gracias Manuel) y desarrollo acortado. Lo más costoso fué la licencia y el enganche para el coche.

No tengo un recuerdo claro de todas las pruebas, mas bien sensaciones generales de lo vivido este año. Y la verdad es que muchas veces lo interesante estuvo en los boxes mas que en la pista, aún así de la primera prueba si me acuerdo perfectamente. La última persona que me vió salir de la oficina con el carro enganchado al coche me dijo -te vas a matar, estás loco- qué maja ella, siempre dándome ánimos. Por suerte contaba con la colaboración de zipi-zape (Miguel-Fernando) para esta primera prueba. Las tandas fueron un desastre, no me encontré cómodo en ningún momento, siempre con la sensación de que la rueda delantera no pisaba bien (después se vió que el problema venía de los rodamientos de la rueda), pero la verdad es que hacía tiempo que no lloraba tanto de la risa, vaya par de dos que me agencié de ayudantes, no os imagináis qué tranquilidad cuando se dormían en el coche, porque claro, cuando se dormía uno, se dormía el otro, y el primero que se despertaba incordiaba al otro para despertarle, y así continuar con los juegos de preescolar o recordar los calzonzillos de snoopy o la odisea de llegar hasta la cama después de apagar la luz. Mil gracias a ambos por acompañarme.

Después de eso, pues Jerez, para mí sigue siendo la mejor pista, preciosa la Kawa de la Ninja Cup que había en el box y primer susto grande, a la salida de Ducados pierdo la rueda delantera y no se me ocurre otra cosa para salvar la situación que poner la mano en el suelo, ¡joder que golpe!, pero al menos la moto se levantó. Muy majos los del hospital del circuito.
Alcarrás me gustó, buen asfalto y trazado divertido. La rapidísima bajada era la bomba y se me daba muy bien, hay un video demostrativo. Desgraciadamente mis problemas en las zonas lentas continuaban, seguía frenando más de la cuenta.
El Jarama nunca me gustó. Me parece que es un timo pagar lo que se paga por un circuito con un asfalto y unas instalaciones de hace 30 años, pero hay que reconocer que al final es el más económico por el tema de la cercanía, y además siempre se acerca alguien a visitarte, aunque si es Manuel Peláez el que te dice que va a ir, tenlo claro, lloverá.
Con la llegada del veranito pues no se me ocurre otra cosa que acercarme a Guadix y a Cartagena, allá con la fresca. En Guadix coincidí con Eskakeo, qué perro, entrenando a escondidas. Allí me dejé la documentación de la moto, gracias a David de WPB por recogerla, y gracias a Nuria por dejar que me colara en su casa, aunque tuve que compartir cama con sus gatitos.
En Cartagena el calor fué el gran protagonista, ¡madre mía qué sofocón!. Una vez más lo interesante estuvo en el box. El primer día estuve rodando con un italiano fanático de Rossi, con la moto decorada con los colores que llevaba cuando estaba en Honda, era como rodar detrás del mismísimo Valentino. También compartí box con el equipo de 110 octanos, unos tipos muy sabios que estaban entrenando a Jefrey, un chavalín de 8 años que con su moto de 70cc hacía los mismos tiempos que yo. Con ellos compartí mesa y mantel el segundo día, ¡joder! hasta se trajeron un aire acondicionado portátil. Hace unos días me llegó una felicitación de navidad de ellos.
El 15 de Agosto estuve en el Jarama, imagináis qué pasó, pues llovió. Al menos fué poco. Ese día fué el que mejor me he sentido en todo el año, me sentía muy confiado, y eso se notó en los tiempos, también ayudó el hecho de que en mi mismo nivel rodara Keko, comentarista del mundial de SBK para Telecinco, y claro, yo no me pico, ya sabéis.
A partír de ese día ya no mejoré, perdí la confianza, en Septiembre estuve en el Jarama otra vez y no pude repetir los tiempos que había marcado 3 semanas antes, en Octubre, Albacete, que sigue sin gustarme nada, siempre con la sensación de que en cualquier momento la rueda delantera se iría de varetas. Allí gané mi primer premio en el Desafío, el cono acreditativo de la última posición en mi categoría.
La última prueba fué en Cartagena y allí la cosa fué peor. Después de la primera tanda tras parar para comer, me quedé sin freno delantero, y se acabó el Desafío. No me disgusté mucho, pues pasé toda la tarde haciendo fotos por los boxes y charlando con la gente. Por los pelos no me gané otro cono.

Mirando atrás me doy cuenta de que no he roto ningún crono, ni he sido la revelación, ni tan siquiera me he acercado a los puestos de cabeza, pero ha aprendido una barbaridad, mi forma de llevar la moto se parece poco a como lo hacía hace un año y sobre todo ha cambiado la forma de "sentir" lo que la moto me transmite. O ella me cuenta muchas más cosas o yo he afinado el oido, charla conmigo constantemente -échate un poco atrás que ya no aguanto la rueda trasera en el suelo- me dice - pisa esta estribera o empuja el semimanillar para que me sea más fácil girar- incluso hay veces que protesta porque abro gas a lo bestia con ella muy tumbada, aunque siempre sin maldad.

Aunque sin duda lo mejor del año ha sido la cantidad de gente que he conocido y que ha tenido a bien compartír un ratito conmigo. Gracias a todos, de verdad.

El año que viene seguiremos aprendiendo, aunque ya no será un año sólo de circuitos, la llegada de la pequeña Bmw hará que haya que compartír recursos entre las carreras y las ganas de viajar.

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