Después de un buen periodo de tiempo sin montar, este sábado fue el día que retomamos de nuevo las excursiones “moteras”.
Miguel llevaba insistiendo unos cuantos fines de semana sin éxito, pero esta vez fue posible.
Al final se convirtió en un día peculiar y para remarcar en nuestras saliditas.
¿Por qué? Pues porque vino gente que normalmente o no viene o viene muy de tarde en tarde.
Sorprendentemente Rivas estaba con el casco puesto y el motor en marcha listo para salir cuando habló con él el Abuelo.
También nos sorprendió con su presencia Esteban con su “negra”, que por primera vez se animaba a salir con el grupo.
Aparte, el ya mentado Miguelito y conmigo de paquete, Beatriz, la niña de mis ojos.
Agradecer a Olga la cesión de su equipo, que nos vino muy bien (este finde vamos de tiendas a ver si encontramos algo)
Paso a describir la ruta:
Quedamos todos, menos Rivas, en Méntrida, Miguel traía el equipo para Bea y era la única manera de organizarlo.
Después de hablar con Rivas y ver las opciones, decidimos encontrarnos en la Cruz Verde, y para allá tiramos.
A ritmo tranquilito y disfrutando del paisaje.
Según nos acercamos a la Cruz, el número de “piraos” por metro cuadrado aumenta, pero bueno, no hay muchos haciendo el macarra (quizás por el helicoptero que se observa surcando el horizonte)
Esperamos una media hora babeando un poco y haciendo algo de tertulia.
Cuando llega Rivas, le damos tiempo a un piti, y bajamos de nuevo a Robledo (paradita en la gasolinera)(1), de ahí a Valdemaqueda, Cebreros y el Burguillo.
Pensabamos ir a Burgohondo por la habitual, pero indicaba que estaba cortada y tiramos hacia en Barraco y de ahí a Navalmoral y Burgohondo.
En Burgohondo paradita técnica con unanimidad en lo del bocata de chorizo.
Salimos para Mijares, a disfrutar de carreteras estrechas y paisajes inigualables.
Ya habiamos decidido no alargar más la ruta, por las horas que eran y al tocar la 501, cada uno para su lado.
Acompañamos a Esteban hasta San Martín de Valdeiglesias y nosostros cojimos por la 403 hacia El Encinar y Méntrida.
Al final unos 250km pal cuerpo, mucha alegría por la salidita en grupo.
Bea, y yo algo también, un poco petaos por la falta de costumbre de estar 3 horas encima de la moto.
(1)Aquí, y mientras echaba gasolina, un paisano me preguntó por el “cardan” de la moto, literalmente, y por no liarme en explicaciones, le seguí la bola. Que si era fiable, que qué tal iba, etc,etc.
1 comentario:
Estuvo de puta madre, hay que repetir!!
Publicar un comentario